jueves, 26 de febrero de 2015

Creer y Cuestionar.

Creer y Cuestionar.
Están en contra, van de la mano o simplemente no tienen nada que ver.



Cuando vivimos en una cultura cristiana donde todo lo que hacemos se basa en la fe muchas veces nos sentimos complicados con el hecho de cuestionar ciertas cosas, porque parecieran ir en contra de lo que se nos ha enseñado, esto es creer a Dios sin chistar o preguntarse nada.


En lo personal creo que una de las cosas que ha permitido que el ser humano evolucione como sociedad o especie es el hecho de que nos preguntamos cosas y deseamos saber el por qué de ellas. Es por esa razón que se supo que la Tierra no era plana, o que los puntos en el cielo son soles a millones de kilómetros que llamamos estrellas, es por este motivo que hemos descubierto vacunas, tecnología o cualquier cosa que en algún momento de la historia no sabíamos que era así.



En el punto de vista de la vida cristiana, muchas veces hemos aceptado dogmas porque simplemente nos han enseñado que estos son de esa forma, pero en algunos casos se nos hace un pequeño nudo en el estomago al pensar "tal vez no sea así". 



Dios es un Dios perfecto, Él no tiene errores, pero hay veces que nuestra forma de entenderlo o de interpretar lo que Él nos ha dicho si lo contiene. Hay una frase muy de estudiante de teología que dice "La palabra de Dios es inspirada, los comentarios bíblicos no". De esta misma forma, a veces los dogmas y estructuras que aprendimos en nuestras iglesias son interpretaciones de personas que con la mejor de las intenciones no han enseñado aquello como correcto.



En este post en particular no pretendo afirmar o desmentir ninguna creencia en particular, pero si creo que antes de aceptar todo lo que nos han dicho tenemos la obligación de sentarnos a pensar si realmente es así, si realmente Dios quería enseñarnos eso. 



Cuando hablo de esto no me refiero a tratar o intentar abalar nuestras actitudes carnales o buscarle la quinta pata al gato para acomodar nuestro comportamiento a lo que Dios no quiere, sino que con una mano en la cabeza y la otra en la Palabra de Dios nos pongamos a releer lo que nos han dicho y en nuestro intento de comprender a Dios tratar de saber si realmente lo que Dios quería decir era lo que nos han enseñado.




En el libro de Mateo en el capitulo 5 durante el conocido sermón del monte, Jesús hace este ejercicio. La Ley en el Antiguo Testamento era muy plana e interpretable, es por eso que aparecen estas figuras como Rabinos o Interpretes de la Ley que intentaban comprender lo que Dios había hablado y enseñado a los israelitas en su historia como nación. Jesús toma algunas de estas enseñanzas y las re-interpreta al verdadero espíritu que el Padre quería darle a dichas enseñanzas, es por esto que podemos leer Oíste que fue dicho[...], mas yo os digo[...] Es el mismo Jesús quien toma las interpretaciones de la Ley y les da el verdadero sentido que Dios tuvo al momento de dárselas a Moisés u otros escritores del Antiguo Testamento.



Es por eso que te invito a que puedas reflexionar y pensar en aquello que te han enseñado y que te da un poco de dolor de guata y reflexionar si realmente era lo que Dios tenía que decir. Si el Espíritu Santo habita en ti entonces dejarás que Él te guíe a llegar a conclusiones. Y un consejo, no hagas este ejercicio solo porque generalmente no resulta exitoso, juntate con tus líderes, amigos u otras personas que te puedan ayudar para que finalmente puedas avanzar un pasito más en este camino de conocer a Dios.



Lo importante es no dejar de hacerse preguntas - Albert Einstein


1 comentarios:

Unknown dijo...

Por eso quizás el Señor nos dice que pidamos sabiduría, si queremos obtenerla. Por que hay cosas que no son fáciles de entender a simple vista y requieren de ayuda adicional.

También, me gustaría aportar, que hay cosas que no nos dan ni dolor de guata, y son super cómodas para nosotros y puede que también estén basadas en interpretaciones de hombres.

Su palabra siempre será lumbrera a nuestro camino.

¡Buen blog!

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