No importa total Dios mira el corazón, no lo que ven los hombres...
Nos acostumbramos a usar esta frase como una
especie de escudo que indica que cualquier cosa que hagamos a la vista de los
demás da lo mismo porque total: "Dios ve el corazón". Sin embargo en
lo personal me preocupa que "Dios vea el corazón" ya que está viendo
mis verdaderas intenciones.
Creo que en vez de ser una frase que nos proteja
del juicio de los demás, nos expone a la mirada de Dios frente a nuestras
reales motivaciones para hacer las cosas, porque claro los demás opinan en base
a lo que ven pero no saben mi real motivación, eso significa que puedo tener
una actitud piadosa y de amor siendo que es falso, que puedo tener una linda
sonrisa siendo que es falsa, o una buena apariencia y por dentro estar podrido.
Que me importa más lo que opine mi hermano o lo que opine Dios.
Al pensar en esto creo que debe ser algo que nos
preocupe que Dios mire el corazón, algo que nos haga reflexionar, algo que nos
haga cuestionarnos a nosotros mismos nuestras verdaderas motivaciones.
Del corazón viene lo malo:
Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los
adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las
blasfemias. (Mateo 15:19)
El corazón es engañoso y perverso:
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso;
¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9)
Lo que se refleja a la vista de todos es lo que hay en el corazón:
El hombre bueno, del buen
tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre
malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque
de la abundancia del corazón habla la boca. (Lucas 6:45)
En base a lo anterior vuelvo a reflexionar en que
cuando Dios usa esta frase le está hablando al profeta Samuel, acerca de David,
y que luego habla que David es un hombre conforme al corazón de Dios. Por lo tanto
cuando Dios vio el corazón de David, lo que vio era algo muy parecido a su
propio corazón. Algo que lamentablemente muchos de nosotros (o yo en lo
personal) tal vez no estemos al nivel.
Creo que decir que Dios ve el corazón en vez de protegernos como un escudo
delante de los demás debe ser algo que nos preocupe y que incluso nos motive a
pedirle al Señor que él mismo nos muestre nuestro propio corazón y nos diga si
en él anda algo mal para poder cambiarlo.
Examíname, oh Dios, y conoce mi
corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Y ve si hay en mí camino de
perversidad,
Y guíame en el camino eterno. (Salmos 139:23-24)
0 comentarios:
Publicar un comentario